jueves, 4 de septiembre de 2008

Ecos del jueves 21 de agosto del 2008

-Pues dirán lo que digan, pero lo más impactante en la sesión de Consejo Nacional de Seguridad Pública fue el discurso de Alejandro Martí, reproducido una y otra vez en los medios, en el que conmina a todos: “si no pueden, renuncien”.

-Sí, porque todo lo demás fue una repetición de lo que se ha hecho por años; en los años 90 Ernesto Zedillo inició una Cruzada contra el Crimen y la Delincuencia y en ese tiempo se dijo lo mismo que ahora: vamos a cambiar, vamos a hacer, vamos a…, vamos a…, el jueves 21 se repitió 75 veces.

-Pero todas las acciones que están señaladas en el largísimo documento ¡son la obligación del Estado!, ¡son la tarea que tiene cada uno de los funcionarios desde el momento que tomaron posesión!, ¿o es que hasta ahora se enteran de cuál es su deber?

-Resulta absurda, por inútil, la frase ritual que dicen al aceptar su nombramiento: “y si no cumplo, que la nación me lo demande”; eso hizo Alejandro Martí, dijo que no han cumplido, se los demandó y les pidió que renunciaran.

-Pero no lo hicieron, se quedaron callados, no dijeron nada, y los que abrieron la boca, fue para decir sandeces.

-Sí, ya supe que Andrés López, con ese rencor que le roe los huesos, dijo de la muerte del joven Martí: “bien para Calderón, y un pirrurri menos”; después, la ínclita presidenta del PRI, consideró las palabras de Alejandro Martí “declaraciones estridentes”, y luego el siniestro Diego Fernández de Cevallos apuntó: “que no vengan a decir que es culpa de los políticos”.

-Todo esto muestra la distancia kilométrica que existe entre ellos, que viven en el Olimpo, con protección, autos blindados, escoltas, vigilancia, y todo el dinero para sí, y el resto de los mexicanos; el señor López debe entender que Fernando Martí no fue un pirrurri, fue un joven que amaba a México mucho más que él, y que el señor Martí habló por los miles de secuestrados y asaltados, ricos o pobres; Beatriz Paredes debe saber que las palabras del señor Martí no son “estridentes”, reflejan el grito de millones de mexicanos que exigimos que se acaben la impunidad, la corrupción, el disimulo, el engaño, que por cierto comenzaron cuando el PRI era gobierno; y el señor Fernández de Cevallos tiene que reconocer que él es parte de la corrupción, que muchas de sus acciones han sido fraudulentas, que ha actuado con impunidad, y que él junto con muchos otros, tiene la culpa de lo que ocurre en México.

-Pero debo decirte que hubo otras palabras del señor Martí que no pueden pasarse por alto, dijo: “En mis noches de dolor siempre pensé como seguramente muchos mexicanos pensaron: ¿quién habrá matado a mi hijo?, ¿habrá sido ese engendro maligno, hijo de la impunidad o nosotros que con el paso de los años, nuestra irresponsabilidad y nuestra ceguera hemos creado lo que hoy estamos viviendo?”; éstas últimas palabras nos atañen a todos, porque no hemos sabido, no hemos podido o no hemos querido alzar la voz, decir un “ya basta” pero en serio, exigir, una y otra vez, sin descanso, que queremos vivir en un país de leyes, que queremos vivir en paz.

-En ese sentido nuestra responsabilidad, no se acaba en a marcha del sábado, sino que debe continuar, todos los días, exigiendo nuestros derechos y conminando a las autoridades a que cumplan… o se vayan.
Rafael Alvarez
Artículo para excelsior

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