martes, 13 de mayo de 2008

Hablemos de sexo de frente... a nuestros hijos!

De cada cuatro nacimientos en México, uno de ellos es de niñas embarazadas, en Hermosillo ahora mismo hay una de 11 años ¿Y entonces?

Es tan absurdo tratar de convencer de asuntos que resultan tabúes en la vida de las sociedades, uno de los más graves y de los que esta literalmente prohibido hablar es de sexo.

El problema es que lo único que se propicia es dejar abiertos los espacios para que otros, con menos conocimiento y sí, más posibilidades de engañar aborden el tema. Pero igual, usted decida como resolver su propia dificultad, ¿cuando toquen a su puerta para felicitarlo porque va a ser abuelo?

¿Hasta entonces se va a acordar que su hija –por Dios- apenas es una niña? Han sido todas las perversiones juntas las que han mutilado la naturalidad del sexo, de los cuerpos.

Es pecado hablar de sexo, peor aún resulta reconocerse a sí mismo como seres asexuados. Y las maldiciones se han llamado de una u otra forma. Que solo ha sido vil y asqueroso terrorismo religioso, que ahora origina una falta de educación en la población, que se significa en padres incapaces de lidiar con el tema.

Es un hecho que no hay un solo adulto en este momento que se sienta cómodo hablando de sexo, ni siquiera entre ellos mismos, porque de lo única forma en que pueden referirse a éste es mediante el doble sentido y encima porque lo que no se puede decir en serio se dice en broma.

Tampoco las mujeres, -con la fama de parlanchinas que poseen- son capaces de hablar de manera seria sobre éste aspecto de sus vidas. Es decir todos sin excepción han sido mutilados emocionalmente sobre su propia sexualidad.

¿Quiere pruebas? ¿Sabe de cuantas formas se le llama a los genitales de hombres y de mujeres? Son la única parte del cuerpo que no se les dice por su nombre como al hígado, corazón, piernas, brazos.

¿Puede creer que se les diga chirrirrisqui, pito, talega, y al de las mujeres, déjelo así mejor. Es una manera rápida de demostrar los enormes prejuicios con que se aborda este aspecto tan natural, tan de los seres humanos. ¿No lo cree?

Entendamos por lo pronto como lidiar con la terrible noticia de la niña de 11 años embarazada de una escuela primaria de esta ciudad y la mamá 10 de mayo en el municipio de Guaymas que ya casi cumple los 14.

Si las cuentas no fallan debió concebir ¿a su hijo? A los…¿verdad que no es posible soportar tanto abuso, solo por fanatismos religiosos que impiden decir las cosas solo por su nombre?

El asunto además dicen los expertos debe dejar de ser un asunto de competencia exclusivamente femenina. La información y la responsabilidad también deben dirigirse al varón. Los embarazos en adolescentes, además de constituir un problema de salud pública, son un fenómeno de gran impacto social.

Las jóvenes en esa condición enfrentan, en muchas ocasiones, un entorno adverso: el rechazo familiar, la expulsión de la escuela o la pérdida de la red social de amistades, con la consecuente depresión, aislamiento y baja autoestima, consideraron especialistas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como embarazo temprano a aquél que ocurre entre los 15 y los 19 años de edad. En México nacen cuatro niños cada minuto, y de ellos, uno es hijo de madre adolescente.

Es hasta ahora el embarazo en la adolescente un asunto sin atender, originada por la falta de educación, que se queda en el papel, sin llevarse a la práctica.

Además, los padres no saben cómo hablar de sexualidad con sus hijos. Es importante igual que los embarazos dejen de ser de competencia exclusivamente femenina.

La información y la responsabilidad también deben dirigirse al varón, quienes aportan la mitad de los cromosomas y determina el sexo del nuevo ser, que puede transmitir enfermedades y echar a perder la vida a una joven.

En la adolescencia no se es niño ni adulto. En ese lapso, los chicos no sólo buscan identidad y emancipación, sino que se creen inmunes a todo siempre conciben que no les va a pasar, igual se manifiestan ajenos a la posibilidad del contagio de enfermedades o embarazos no deseados.

En el hogar no se habla de sexualidad; se cree que "entre menos sepan, menos tentaciones" tendrán los jóvenes. Lo real es que entre menos conocimientos posea más pronto serán las siguientes víctimas.

Hay dos niñas embarazadas y acá todavía se sigue con el tema de las adolescentes, tampoco se hizo gran cosa, probablemente por ello el asunto toma mayor crudeza. ¿Entonces solo esperará el felicidades será abuelo?
Juana Maria Olguín
El Portal de la Gente

1 comentario:

  1. Ojalá que quienes te leemos hagamos algo al respecto, creo que hablar de sexo es tan sólo el inicio de una educación sexual, ya que para hablar de sexo, se debe hablar también de sociología, psicología, marketing, publicidad y sus efectos, etc. Ya que el sólo hablar de sexo con nuestros hijos no los inhibe del ataque bestial que reciben de los medios, del ataque social que diariamente recae por la presión de sus compañeros y amigos, de la confusión a una personalidad en formación, que cualquiera puede distorcionar lo que ellos sepán.

    Parece simple, pero no lo es. En una sociedad cada vez más carente de valores reales, donde la autoridad a los adultos ya se perdió y en el mejor de los casos está convertida en miedo. Donde en muchos de los casos, como padres que fuimos hijos reprimidos o coartados en nuestra libertad, queremos darles la vida más fácil a nuestros hijos, junto con la falsa idea de que hagan con su sexualidad lo que quieran, eso sí, de la manera más responsable.

    Es cada vez más común el hablar de sexo, para decirles, ok, si lo vas a hacer cuidate, usa condón, o simplemente decirles: No lo hagas y ya. Sin más explicaciones.

    Lo que ignoramos es que cada vez a más temprana edad empiezan a ser atacados con imágenes de sexo, que provocan en ellos un estado de inmunidad, de extásis, de búsqueda errónea de felicidad instantánea.

    Hablemos con nuestros hijos, con nuestros amigos, con la gente, de lo que la sexualidad es y debe de ser. Hablemos de que hacer el amor es y será siempre la forma correcta de manifestarlo, hablemos de que vivir "la vida loca" en nuestros jóvenes es desperdiciar la oportunidad de conocer otras cosas inherentes a la juventud.

    Hablemos de sexo sin vulgarizarlo, porque le quitamos el sentido que debe de tener de entrega, de placer.

    Hablemos de edades para cada acontecimiento, hablemos de confianza hacia nuestros hijos, para que ellos puedan confiar en nosotros.

    Hagámoslo por una sexualidad libre de trampas, de suciedad, de vulgaridad y de vidas modificadas o destruídas.

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