lunes, 30 de julio de 2007

mini viaje a Guadalupe de Ures

Este sábado después de salir de mi trabajo, pasó por mí, nos fuimos directo a la salida norte de la ciudad, el clima estaba delicioso, nos detuvimos en una de las gasolineras para checar que los niveles del carro estuvieran correctos y después de ahí emprendimos la mini travesía.

Cuando ibamos pasando por San Pedro, me sorprendio la obra que el gobierno esta haciendo ahí, aunque el tráfico fue relativamente lento, tomé nota mental de los trabajos que se están realizando e imagine lo bien que quedará el lugar cuando este terminado.


Proseguimos nuestro viaje y me sorprendio ver tanta área verde, creo que fue una gran idea el salir de la ciudad en ese momento, los cientos de nubes se veían espectaculares, la carretera estaba impecable, el aire se sentía fresco y puro.

Llegamos a Guadalupe de Ures a la fonda de Doña Marcela, el lugar me trajo recuerdos de la casa de mi bisabuelo en Chihuahua, tenía muchas fotos antiguas, tenía un olor a ser 100% casero; cuando llego el mesero y me pregunto que iba a ordenar, yo no tenía la menor idea! así que deje pidieran por mí, al llegar mi platillo se veía delicioso, era carne cortada en cuadritos en chile colorado, a un lado frijoles refritos, arroz rojo con verduras, queso fresco y tortillas de harina. Tenía MESES sin probar una tortilla de harina... Todo estuvo riquisimo, lo malo es que no me lo pude terminar, era mucho para mí! Cuando pasamos a pagar habían obleas, pepitorias, distintos dulces regionales, obviamente quería llevarle a mi familia, pero me dijeron que esperará un poco.

Así que volvimos al carro y nos fuimos directo a Ures. Me sentía feliz por tanto bello paisaje. Llegando a Ures, el pueblo me recordo a Aldama otro pueblo cercano de Chihuahua, las calles, la plaza, incluso hasta la iglesia tienen cierto parecido. Llegamos a la plaza y ahi sí compramos pepitorias, obleas y jamoncillos. Todo estaba recien hecho, así que el sabor fue más rico que el que estoy acostumbrada a probar (obviamente!).

De regreso a Hermosillo, volví a sentir ese aire puro, volví a disfrutar de las nubes que nos rodeaban, volví a maravillarme con el paisaje verde, las plantaciones, el río, los ranchitos o ejidos por los que pasamos. No sé si haya sido que mi vida siempre ha sido citadina o que en esas tierras no había andado mi persona, que este mini viaje de 3 horas me parecio maravilloso, nada cansado y sobre todo me permitio saborear el regionalismo, la tradición y la vida provincial a la que no estoy familiarizada.

Espero volver pronto!

1 comentario:

Ni modo, verifica la palabra para comentar, no me gusta, pero de repente entra mucho spam... De cualquier manera, agradezco tu visita a este, tu espacio.