domingo, 15 de junio de 2008

A todos los padres

Es como ir a una dulcería ¿sabores? Así son los padres muy dulces, amargos, deliciosos, la diferencia es que los hijos no los eligen.

Durante los últimos tiempos se repite con una fijación tremenda que el festejo de los padres es menos importante que el de la madre y hasta en eso se comete una tremenda injusticia.

Si el pretexto para mimarlos, verlos, tomarlos en cuenta es que haya un día en particular que los reconoce, aprovechen el momento. ¿Tiene idea cuanto le van a durar? Lo único cierto es que gracias a ellos todos llegaron al mundo y es lo único que cuenta.

Las diferencias entre padres y madres es terrible en todos los aspectos: La sociedad asume roles distintos en unos y otros, él tendrá que ser el proveedor, la madre el resto de todas las acciones que tengan que ver con el buen funcionamiento de la familia. Si alguno incumple con este papel, ya tendrán razones suficientes de uno y del otro lado para asumir porque sobrevino el fracaso, la desgracia, el drama en la pareja.

Los varones encima tienen un problema triste encima, la tonta expresión de las madres quienes refieren que “los hijos de sus hijas, son sus hijos, los hijos de mis hijos quien sabe”. Pero no solo es una frase que sin disimulo se diga, el detalle es que se ejerce con todo cinismo por parte de los padres quienes se destornillan no se limitan en demostrar todo el amor para unos y lo que les sobra para los otros. Es una suerte que los hombres solo sientan como hombres ¿entendió algo? O que gozo para ellos cuando resultan en que son los únicos y los nietos son los únicos.

En los últimos tiempos además hay un nuevo factor que soy aquellos padres que con todo el dolor de su alma renuncian a sus hijos con tal de alcanzar la separación. Tienen que creerlo quedan convertidos en guiñapos porque todas sus ilusiones, anhelos por trascender en lo económico, en lo emocional a un estadio de tranquilidad, de bienestar y ver juntos crecer a los hijos, de pronto todo se desmorona y no queda más que intentar recoger los pedazos.

Por eso ahora muchos se han convertido en padres solteros. En lugar de quedar solos y dejar la responsabilidad a la mujer, en un mundo cada vez más cambiante ellos asumen esta increíble tarea que por cierto les resulta en uno de los trabajos más duros. Ya sea que seas un padre soltero debido al divorcio, muerte, ellos transitan por un camino duro. Es igualmente difícil, ya seas el padre o madre divorciado que tenga o no la custodia. Cada familia de padres solteros, tiene sus propios y únicos desafíos.

Se presentan luchas para balancear trabajo, cuidado de los niños, cuidado del hogar, actividades infantiles y los horarios de visita. También vas a necesitar tiempo libre para tus propias necesidades.

Ciertamente, las luchas financieras están usualmente entre las más grandes preocupaciones, particularmente para el padre o madre que tiene la custodia. Desafortunadamente las instituciones gubernamentales lejos de ayudar y entender estas “nuevas relaciones” de padres solteros entorpecen hasta la saciedad a éstos, a quienes por una absurda y ridícula tendencia se cree que no son capaces de afrontar la batalla.

Y vuelve la hermosa frase de que hace más el que quiere que el que puede, tienen que creerlo, entenderlo y asumirlo como parte de un pensamiento liberador, no es quien determinado históricamente debe quedar con los hijos, sino el más apto, capaz, en toda la extensión de la palabra y hablar con mucha serie de las pensiones alimenticias, quien la debe aportar, en que consisten, y quien vigila el cumplimiento de las mismas y que se sepa con precisión las sanciones a que dará lugar en caso de fallar con esta obligación.

Porque además de la parte económica hay cientos de cosas más que atender de los niños y sus necesidades, la atención, tiempo de calidad, guía y cuidado diario, parecen abrumadoras. Son alucinantes. Parecería que cada faceta de la vida es un acto de malabarismo y que arrastrará al manicomio.

Las historias de cuanto dolor pasan los padres, los varones por no estar cerca de sus hijos, por verlos y encontrar que ya están muy crecidos y es momento en que las madres tampoco asumen con entereza que cada palabra que digan en contra de sus ex esposos serán cicatrices profundas que dejarán en la mente y en el cuerpo de sus hijos.

Dijo recientemente uno de estos muchachos que no pudo vivir con su padre a pesar de que ya se encontraban organizados para enfrentar la vida juntos: “Me hubiera gustado que mi papá me enseñara esto, aquello y lo otro”.

Ahora ambos seres humanos se reencuentran y derraman lágrimas por todo cuanto ni vivieron, pero ahora es tiempo de recuperarse y amarse cuanto haya hecho falta.

Muchas felicidades a todos los padres, más a aquellos que son a toda madre y que quieren un madral a sus hijos. Nunca olvide que lo que siembra cosecha.
Juana Ma. Olguin
(elportaldelagente)

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