sábado, 9 de marzo de 2013

Aguanta un poco

En Inglaterra, existía una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres.
Una de sus tiendas favoritas era una en donde vendían vajillas antiguas. En una de sus visitas a la tienda vieron una hermosa tacita. "¿Me permite ver esa taza?" preguntó la Señora, "¡nunca he visto nada tan fino como éso!"
En cuanto tuvo en sus manos la taza, escuchó que la tacita comenzó a hablar. La tacita le comentó:
"¡Usted no entiende! ¡yo no siempre he sido esta taza que usted está sosteniendo! hace mucho tiempo yo sólo era un montón de barro amorfo.
Mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó y me amoldó cariñosamente. Llegó un momento en que me desesperé y le grité:
"¡Por favor! ¡Ya déjame en paz!"
Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo:
Después me puso en un horno.
¡Yo nunca había sentido tanto calor! ¡me pregunté por qué mi amo querría quemarme, así que toqué la puerta del horno.
A través de la ventana del horno pude leer los labios de mi amo que me decían: "Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
Finalmente se abrió la puerta, mi amo me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara.
"¡Así está mucho mejor!" me dije a mi misma, pero apenas y me había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintándome.
¡El olor de la pintura era horrible! ¡sentía que me ahogaría!
"¡Por favor detente!" le gritaba yo a mi amo; pero él sólo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía:
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
Al fin mi amo dejó de pintarme; ¡pero esta vez me tomó y me metió nuevamente a otro horno! no era un horno como el primero; ¡sino que era mucho más caliente! ¡Ahora sí estaba segura que me sofocaría! ¡le rogué y le imploré a mi amo que me sacara! grité, lloré; pero mi creador sólo me miraba diciendo:
"Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
En ese momento me di cuenta que no había esperanza, ¡nunca lograría sobrevivir a ese horno!. Justo cuando estaba a punto de darme por vencido se abrió la puerta y mi amo me tomó cariñosamente y me puso en una repisa que era aún más alta que la primera, allí me dejó un momento para que me refrescara.
Después de una hora de haber salido del segundo horno, mi amo me dió un espejo y me dijo:
"¡Mírate! ¡Ésta eres tú!" ¡Yo no podía creerlo! ¡Ésa no podía ser yo! ¡lo que veía era hermoso!.
Mi amo nuevamente me dijo:
"Yo sé que te dolió haber sido golpeada y amoldada por mis manos; pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado. Sé que te causo mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado. También sé que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendría color. Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habría sido la suficiente para que subsistieras.
¡Ahora tú eres un producto terminado! ¡Eres lo que yo tenía en mente cuando te comencé a formar!" 
 
Moraleja: Dios sabe lo que está haciendo con cada uno de nosotros. Él es el artesano y nosotros somos el barro con el cual él trabaja. Él nos amolda y nos da forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos cumplir con su voluntad...

martes, 5 de marzo de 2013

La Casa de los Mil Espejos

Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa.
El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subirlas se encontró con una puerta semiabierta, lentamente se adentró al cuarto. Para su sorpresa se dió cuenta que dentro de ese cuarto había mil perritos más, observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perritos hicieron lo mismo. Posteriormente sonrió y ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo:
¡Qué lugar tan agradable. Voy a venir más seguido a visitarlo!

Tiempo después otro perrito callejero entró al mismo sitio y entró al mismo cuarto. Pero este perrito al ver a los otros mil perritos del cuarto, se sintió amenazado, ya que lo estaban mirando de una manera agresiva. Posteriormente empezó a gruñir, obviamente vió como los mil perritos le gruñían a él. Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros mil perritos le ladraron también a él. Cuando este perrito salió del cuarto pensó:
¡Qué lugar tan horrible es este. Nunca más volveré a entrar aquí!

En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: "La casa de los mil espejos." 

Todos los rostros del mundo son espejos... Decide cuál rostro llevarás por dentro y ese será el que mostrarás. El reflejo de tus gestos y acciones es el que proyectas ante los demás.
 
"Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, solo se sienten en el corazón."

-Autor desconocido